El cinturón de seguridad, presente en todos los autos en sus asientos delanteros y en algunos en los traseros, parece una simple banda de tela con escasa fuerza; pero este mecanismo que ves tan débil te puede salvar la vida.
El cinturón de seguridad fue creado con dos fines: evitar que el cuerpo salga expulsado por el parabrisas y evitar el impacto contra las partes internas del vehículo, con el apoyo del airbag.
Por la ley física de la inercia, al haber una coalición o un frenado brusco, el cuerpo reacciona con un movimiento igual a la velocidad del vehículo, es decir que si vas en tu carro a una velocidad de 80 km por hora y no usas el cinturón tu cuerpo saldrá disparado a esa misma velocidad hasta que un árbol, anden o algún objeto lo frene, o se golpeará con una potencia equivalente a esa velocidad contra las partes internas del automóvil. Este dispositivo de seguridad pasiva al ser elástico devolverá el cuerpo hacia el asiento evitando que estas dos acciones ocurran.
Cuando usas el cinturón de seguridad adecuadamente disminuyes en un 50% la probabilidad de muerte de los ocupantes de los asientos delanteros y en un 70% a los ocupantes de las sillas traseras.
Teniendo en cuenta lo anterior, en Colombia se estipuló con la Ley 769 de 2002, Artículo 82 y la resolución 19200 de 2002, que todo carro fabricado o importado a partir del año 2004, deberá contar y usar cinturones en los asientos traseros.
La sanción del no uso de este sistema de seguridad es de quince salarios diarios mínimos legales vigentes, es decir $322.175, pero la sanción más grande es la probabilidad de tener graves lesiones o de perder tu vida o la de tus familiares y amigos que te acompañan al conducir. ¡Úsalo, valora la vida!
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